Tus dientes son como un rebaño de ovejas Numerosos, y ordenados, lisos y cortados, lisos y lisos, como también limpios y blancos. De las cuales cada una da a luz mellizos, lo que parece indicar las dos hileras de dientes, y ninguna entre ellas es estéril. Ni un solo diente falta. Tu discurso es hermoso, que se agrega como un ingrediente más de una persona amable; y para explicar la metáfora anterior. El discurso de los creyentes es edificante y confortable, y agradable a Dios y a los hombres serios. Tus sienes bajo las cuales comprende las mejillas; son como un trozo de granada en el que hay una hermosa mezcla de rojo y blanco.

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