Y seguramente necesitaré la sangre de vuestras vidas. El sentido es: Si tengo tanto cuidado con la sangre de las bestias, ten por seguro que seré mucho más solícito con la sangre de los hombres, cuando sea derramada por manos injustas y violentas. Nuestras propias vidas no son tan nuestras como para que podamos abandonarlas a nuestro antojo; pero son de Dios, y debemos renunciar a ellos a su antojo. Si de alguna manera apresuramos nuestra propia muerte, somos responsables ante Dios por ello. Sí, de la mano de toda bestia lo demandaré. Para mostrar cuán tierno fue Dios con la vida del hombre, hará morir a la bestia que mata a un hombre. Esto fue confirmado por la ley de Moisés, Éxodo 21:28 , y no sería impropio observarla todavía. Y de la mano del hermano de todo hombre demandaré la vida del hombreVengaré la sangre del asesinado sobre el asesino. Cuando Dios requiere la vida de un hombre de la mano de aquel que la quitó injustamente, ya que no puede devolverla, por lo tanto, debe pagar la suya propia en lugar de ella, que es la única forma que tiene de hacer restitución.

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