Aproximadamente tres horas después. ¡ Qué espacio tan precioso! su esposa, que estaba ausente cuando esto sucedió; sin saber lo que había hecho, entró en el lugar donde estaban los apóstoles, esperando, sin duda, compartir el agradecimiento de todos los presentes, por consentir en la venta de la tierra, y convertirse, con su esposo, en un benefactor tan grande para el fondo; Pedro le dijo: Dime si vendiste la tierra por tanto nombrar la suma. Y ella dijo, sí, por tantoAnanías y su esposa habían acordado contar la misma historia; y siendo el trato privado y, por consentimiento, reservado para ellos mismos, de modo que nadie pudiera refutar su afirmación, pensaron que podían afirmar con seguridad lo que hicieron, y que debían atribuirse el mérito. ¡Es lamentable ver a esos parientes, que deben animarse unos a otros a lo bueno, endureciéndose unos a otros en lo que es malo! Pedro dijo Por un impulso inmediato del mismo Espíritu, que antes se había interpuesto tan terriblemente; ¿Cómo es que han estado de acuerdo? Ha actuado como si hubieran estado de acuerdo juntos; para tentar al Espíritu del Señor. Para probar si es capaz de escudriñar el corazón y saber lo que se hace en secreto. Antes de que Peter dicte sentencia, le expone la grandeza del crimen.

Mira los pies de los que han sepultado a tu marido, a quien la venganza divina ya mató en esta ocasión; están a la puerta a su regreso; y te sacará un cadáver sin aliento. Hasta ahora no había oído que su marido había muerto, y la noticia, con el descubrimiento de su pecado y la sentencia de muerte dictada, la golpeó como un rayo, de modo que expiró en un momento. Y los jóvenes entraron y, para su total asombro, sin duda, la encontraron también muerta, y llevándola inmediatamente, la enterraron junto a su marido.Observe, lector, que hay muchos casos de muerte súbita, que no deben considerarse como el castigo de un pecado grave, como los que aquí se registran: no debemos pensar que todos los que mueren repentinamente eran pecadores por encima de los demás. Puede ser un favor para algunos que se les conceda un pasaje rápido. Estos casos, sin embargo, pretenden ser una advertencia para que otros estén siempre listos: pero las muertes aquí mencionadas fueron, sin duda, en juicio.

Algunos preguntan acerca del estado eterno de Ananías y Safira, y se inclinan a pensar que se efectuó la destrucción de la carne, para que el espíritu pudiera ser salvo en el día del Señor Jesús. Y si se les hubiera concedido algún espacio para el arrepentimiento, como lo hubo para el corintio incestuoso, podría haber habido motivos para entregarse a una esperanza de este tipo. Pero, como era el caso, el terreno para la esperanza acerca de ellos parece pequeño, según las Escrituras. Sin embargo, las cosas secretas no nos pertenecen, y sabemos que el Juez de toda la tierra sólo hará lo que es perfectamente justo y santo.

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