Estaba a gusto , vivía en gran paz y prosperidad, y estaba contento y feliz en el goce cómodo de los dones de la generosidad de Dios, no inquieto e inquieto, como algunos, en medio de las bendiciones de la providencia, que de ese modo provocan a Dios para quitarles estas bendiciones; pero me ha quebrantado, ha quebrantado mi espíritu con el sentido de su ira, y mi cuerpo con repugnantes úlceras; y todas mis esperanzas y perspectivas, en cuanto a la vida presente, por la destrucción de todos mis hijos y propiedades. También me tomó por el cuello y me arrojó de una condición eminente a la más despreciable; y me hizo pedazos como un valiente actúa con un joven cuando lucha con él; y me preparo para su marcaPara que me dispare todas sus flechas y me hiera de una calamidad tras otra.

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