Ruegame que no te deje, pues todas tus súplicas no pueden desviar la resolución que tus instrucciones, antes dadas, han obrado en mí. A donde tú vayas, yo iré aunque a un país que nunca vi, que me han enseñado a despreciar, y que está muy lejos de mi propio país. Donde tú mores, yo moraré aunque sea en una cabaña; no, aunque no hay mejor alojamiento que el que tenía Jacob cuando puso las piedras por almohada. Tu pueblo será mi pueblo Porque, a juzgar por lo que he visto en ti, llego a la conclusión de que deben ser un pueblo sabio y comprensivo, y me consideraré feliz si se me considera uno de ellos, se me asocia con ellos y conforme a ellos. Y tu Dios será mi DiosAdiós a Quemos y a todos los dioses de Moab, que son vanidades y mentiras. Adoraré al Dios de Israel, el único Dios vivo y verdadero; confiará en él solamente, amará y servirá solamente a él, y en todo será mandado y gobernado por él. Donde tú mueras, yo moriré en el mismo lugar, como señal de mi muerte con el mismo espíritu. ¡Déjame morir con la muerte de la justa Noemí, y que mi último fin sea como el de ella! Y allí seré enterradoNo deseaba que se llevaran ni siquiera mi cadáver de regreso al país de Moab, en señal de cualquier respeto que quedaba por él. Pero yo seré sepultado en la misma tumba contigo, y mis huesos estarán junto a los tuyos, para que, como hemos unido almas, nuestro polvo se mezcle, y podamos levantarnos juntos y permanecer juntos para siempre. ¡Feliz Noemí, aunque privada de su marido y sus hijos, que tiene tal nuera para consolarla en su viudez y en medio de sus duelos! ¡Y feliz Rut, que se ha beneficiado tanto de las instrucciones de su suegra, y que ha asimilado tan plenamente los principios y el espíritu genuinos de la religión verdadera! Seguramente ella fue un ejemplo glorioso de la gracia de Dios que inclina el alma a una decidida elección de la parte buena. El Señor me haga así, y más tambiénUna forma antigua esta de imprecación, por la cual Rut confirma, con un juramento solemne, su resolución de adherirse a Noemí hasta la muerte. Sabía que la muerte los separaría por un tiempo, pero estaba resuelta a que nada más debería hacerlo; ninguna bondad de su propia familia y gente, ni ninguna esperanza de ascenso entre ellos; ni ninguna falta de bondad de Israel, ni el miedo a la pobreza y la desgracia entre ellos. No; Nunca te dejaré.

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