Me he hecho terrible y maravillosamente. Tu infinita sabiduría y poder, manifestados en la singular y curiosa estructura del cuerpo del hombre, me llenan de asombro y asombro, y del pavor de Tu Majestad. Maravillosas son tus obras Tanto en el mundo menor, hombre, como en el mayor; y que mi alma sabe muy bien , estoy bien seguro, tanto por tu palabra como por la contemplación y el estudio de tus obras, que son maravillosas, aunque no las entiendo en todas sus partes con tanta precisión como deseo.

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