Había dos hombres, Jueces 9:7 Véase Jueces 9:7 . No es fácil concebir algo más magistral y exquisito que la presente parábola. Coloca el carácter de Natán en un excelente punto de vista y, al mismo tiempo, brinda a los ministros de religión una lección viva de cómo manejar el gran y difícil deber de la reprensión con sabiduría y discreción. Podemos observar que no hay necesidad de que las parábolas, como tampoco los símiles, se correspondan exactamente en cada detalle. Es suficiente si la gran y principal verdad a la que se aspira se señale de manera contundente y conspicua.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad