Cuyo corazón son lazos y redes; Quien ella misma es una compañía de cazadores; no, su corazón son redes; sus manos son bandas. El que es bueno en la presencia de Dios escapará de ella, etc. El símil se toma aquí de la caza; y hay una distinción claramente marcada en el original, y bien observada por los antiguos, entre la mujer misma, por un lado, y su corazón y sus manos, por el otro; que me he esforzado por conservar en la versión que he dado. Véase Desvoeux, pág. 396.

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