Rogad al Señor por mí: Es de temer mucho que esta pretensión de convicción y humillación fuera sólo para evitar que Pedro y Juan lo deshonren entre el cuerpo de cristianos; porque es razonable suponer que esta conversación transcurrió en privado entre ellos; y tal vez Simón podría tener alguna esperanza de que si se guardaba el secreto, podría reducir a la gente, cuando los apóstoles se hubieran ido, a su anterior sujeción a él, a pesar de su conversión al cristianismo.

Las palabras, estas cosas que YE ha hablado, siendo plural, parece natural para referirse a las cosas aweful la que Simon había oído en el curso de la predicación cristiana, respecto a las terribles efectos del desagrado divino contra los pecadores impenitentes en el mundo futuro. Quizás también pudo haber oído hablar del espantoso castigo infligido a Ananías y Safira, cap. 5:

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