Él —le rogó que bajara— Aunque la fe de este noble en el poder milagroso de nuestro Señor era ciertamente muy grande, porque vino a él por lo menos un día de viaje a través del país, lo cual puede inferirse de Juan 4:52 como así como de los relatos que nos dan los mejores geógrafos sobre la situación de Caná y Capernaum; sin embargo, es evidente que no era igual a la de muchos otros mencionados en los evangelios; porque parece haber pensado que era necesario que Jesús estuviera presente personalmente, si estaba dispuesto a conceder su petición y realizar la curación.

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