Entonces os entregarán, etc.— Si Jesús hubiera sido un impostor, como todos los demás impostores, habría alimentado a sus seguidores con justas esperanzas y promesas; pero por el contrario, vemos que denuncia la persecución como la suerte de sus discípulos; les señala las dificultades que deben encontrar, las ardientes pruebas que deben pasar, y sin embargo, no vacilaron en su fe; por tanto, como soldados pusilánimes, no abandonó sus colores y abandonó su servicio. Apenas se sabe a quién admirar más, a él por tratar con tanta sencillez oa ellos por adherirse tan firmemente a él.

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