¿Entonces qué? —¿Somos mejores que ellos? - El Apóstol, habiendo dado permiso al judío para poner en sus objeciones, en referencia a lo que más le disgustaría: el rechazo de los judíos; y habiendo dado las respuestas que consideró adecuadas en el presente, ahora vuelve al punto principal, a saber, demostrar que los gentiles tienen tanto derecho a los privilegios y bendiciones del pacto de Dios como los judíos; que introduce muy correctamente al poner esta pregunta en boca del judío; ¿Entonces que? ¿Somos mejores que los gentiles?lo cual, por cierto, deja claro que en sus argumentos considera a los judíos y gentiles en un cuerpo, o capacidad colectiva, y que está defendiendo una justificación conforme a tal capacidad; es decir, por el cual los gentiles creyentes fueron llevados a la iglesia, cuando los judíos incrédulos fueron expulsados. En este punto, si los judíos, o hasta qué punto los judíos eran mejores que los gentiles, o si tenían un mejor derecho a las bendiciones y privilegios del reino de Dios, es el tema mismo sobre el que está disputando; y en este amplio sentido colectivo, deben entenderse todos sus argumentos y conclusiones.

Él dice, hemos probado antes, a saber, el cap. Romanos 2:3 donde, bajo la compulsión más suave de ¡ Oh hombre! Él acusa a los judíos de ser pecadores, así como a los gentiles, y Romanos 3:17 muestra que, al tener la ley, no se les impidió ser pecadores, que los gentiles sin la ley; y su acusación contra les reprende que eran pecadores, por el testimonio de sus propios libros sagrados contenidos en el Antiguo Testamento. Ver a Locke.

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