Y te escribí esto mismo. - Aquí, de nuevo, tenemos que leer entre líneas. El pronombre, que no se refiere a nada de lo que realmente se ha dicho, muestra con qué precisión se estamparon en su memoria ciertos pasajes de su primera letra. Podría plantearse la pregunta: "¿Por qué había escrito tan tajantemente?" Y se responde a sí mismo de que el resultado había sido el que él pretendía: que su motivo al escribir de tal modo que causara dolor había sido evitar dar y recibir dolor cuando venía en persona. Quería que su visita fuera una de gozo puro para él y, de ser así, no podía fallar, buscando su simpatía mutua, para dar también gozo a sus discípulos.

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