Y tenía poder ... - Mejor, y le fue dado dar aliento a la imagen de la bestia salvaje, para que la imagen de la bestia salvaje hable, y haga que todos los que no adoren la imagen de la bestia salvaje será muerta. La imagen de la bestia salvaje es también una imagen de la bestia salvaje: y la imagen del monstruo está dotada de aparente vitalidad. La sabiduría puede dar una apariencia de vida a la causa más condenada; y la mayor parte de la humanidad lee sólo con los ojos y no con los pensamientos.

La imagen del emperador romano fue, en la antigüedad, objeto de culto. Los cristianos que sufrieron más que por tal acto de adoración demostraron ser desleales a Cristo: como sus antepasados ​​espirituales, se negaron a adorar la imagen que la potencia mundial había erigido; estaban dispuestos a rendir a César lo que era de César, pero el homenaje que pertenecía a Dios lo rehusaban a nadie más que a su Dios.

Éstos son sólo tipos de aquellos que se han negado, aunque tentados por la elocuencia engañosa y la sutileza sagaz, a ofrecer homenaje a cualquier mera potencia mundial; porque la imagen de oro se erige siempre en las llanuras de este mundo: su brillo y su vitalidad sobreviven a la tormenta y al conflicto de las edades: habla, y los hombres oyen y adoran, porque caminan por vista, no por fe; y no necesita ningún edicto imperial o papal para condenar a la muerte y el fracaso social a aquellos que se niegan a moldear su conducta por consideraciones de interés propio, y que seguramente serán tratados como fanáticos porque siguen el derecho y la conciencia ya Cristo.

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