(16-19) Habacuc vuelve ahora abruptamente a la sentencia divina de Habacuc 1:5 y siguientes, y describe con qué emoción medita sobre los desastres venideros y sobre su propia incapacidad para prevenirlos. Sin embargo, su ansiedad es dejada de lado por una confianza gozosa y abrumadora en Dios. Estos versos son una especie de apéndice del poema anterior.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad