Y ahora les exhorto a tener buen ánimo. - La mirada y el tono, bien podemos creerlo, ayudaron a las palabras. Fue algo en esa escena de miseria y abatimiento ver a un hombre al frente con una confianza valiente y tranquila.

Porque no habrá pérdida de la vida de nadie entre vosotros. - El sereno coraje del tono del hablante debe haber golpeado de inmediato a los oyentes, incluso antes de que oyeran los fundamentos sobre los que descansaba ese coraje.

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