Cúrame. - El profeta, consciente o inconscientemente, se contrasta con los desertores de Jehová. Necesita “sanidad” y “salvación”, pero sabe dónde buscarlas y está seguro de que su Señor no dejará la obra incompleta. La oración del profeta es como la del salmista ( Salmo 6:2 ; Salmo 30:2 ).

En “tú eres mi alabanza” tenemos un eco de Deuteronomio 10:21 ; Salmo 71:6 .

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad