Y los setenta volvieron de nuevo con alegría. - Es obvio por la secuencia inmediata de los dos hechos que la misión de los Setenta estaba, como se dijo anteriormente, confinada dentro de estrechos límites de espacio y tiempo.

Señor, hasta los demonios están sujetos a nosotros. - Mejor, los demonios. El tono en el que hablan los discípulos es el de una alegre sorpresa. No habían buscado resultados tan grandiosos e inmediatos. Habían pensado que el poder de expulsar demonios se había limitado a la acción inmediata de nuestro Señor o de los Doce, y descubrieron que ellos también poseían el poder de rescatar los espíritus de los hombres de la servidumbre. Con ellos, como con otros, la conciencia de un nuevo poder iba acompañada de un nuevo placer, en este caso, de un elevado júbilo espiritual.

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