Hijas de Jerusalén. - Es característico de la ternura de la simpatía de nuestro Señor que estas fueron las primeras palabras registradas como saliendo de Sus labios después de que Él dejó la presencia de Pilato. Las burlas, los azotes, los escupitajos, todo había sido soportado en silencio. Ahora Él habla, y Sus pensamientos son los sufrimientos lejanos de otros, más que los que entonces estaban cayendo sobre Él.

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