(1-4) Primer y segundo día de la Creación. Sin embargo, en lugar de describir la creación de la luz, el poeta hace un enfoque sublime de su tema tratándolo como un símbolo de la majestad divina. Es la vestidura de Dios, la cortina temblorosa de su tienda, cuyas vigas de soporte se basan, no en la tierra, sino en esas masas de nubes que forman un océano superior. Esta cortina es entonces, por así decirlo, corrida a un lado para la salida del Monarca asistido por Su multitud de mensajeros alados.

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