Versículo 10. El que ama a su hermano.  Es decir, a su prójimo,  ya sea judío o gentil, para tenerle siempre buena voluntad, y estar dispuesto a realizarle toda obra amable; permanece en la luz, no sólo da prueba de que ha recibido a Cristo Jesús el Señor, sino que anda en él, que retiene la gracia de su justificación, y crece en ella.

Y no hay ocasión de tropiezo en él.  Και σκανδαλον εν αυτῳ ουκ εστιν· Y no hay en él tropiezo ; no da ni recibe ofensa : el amor le impide darla al prójimo; y el amor le impide recibir nada de su prójimo, porque le lleva a poner la mejor construcción en cada cosa. Además, mientras camina en la luz, ve los tropiezos que hay en el camino, y los evita; cada parte de su camino está iluminada. Muchos caen en pecado porque no ven las trampas que hay en el camino; y no ven las trampas porque o no han recibido la luz, o no permanecen en ella.

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