Verso 12. Que nadie desprecie tu juventud... Actúa con toda la gravedad y el decoro propios de tu situación en la Iglesia. Como estás en el lugar de un anciano, actúa como tal. Los juegos infantiles no son propios de un ministro del Evangelio, cualquiera que sea su edad. Sobre la edad de Timoteo, véase la conclusión del prefacio de esta epístola.

Sé ejemplo de los creyentes... Es natural que el rebaño siga al pastor; si él se equivoca, ellos también lo harán.
"Él mismo se aleja del camino estrecho,
Sus tontas ovejas, no se dan cuenta si se extravían".
Aunque, según el justo juicio de Dios, los que mueren en sus pecados tienen su sangre sobre su propia cabeza; sin embargo, si han entrado en el pecado o han continuado en él por culpa del vigilante, su sangre la exigirá Dios de su mano. Cuántos han tratado de excusar sus transgresiones alegando, en vindicación de su conducta, "Nuestro ministro lo hace, y es más sabio y erudito que nosotros". ¡Qué horrible cuenta tendrán que dar los tales a la Cabeza de la Iglesia cuando aparezca!

En la palabra... εν λογω. En la doctrina; no enseñen nada más que la verdad de Dios, porque nada más que eso salvará a las almas.

En la conversación... εν αναστροφη. En toda tu conducta en todos los departamentos que ocupas en todas tus relaciones tanto domésticas como públicas, compórtate bien.

En la caridad... εν αγαπη. En el amor a Dios y a los hombres; muestra que éste es el principio y el motivo de toda tu conducta.

En espíritu... εν πνευματι. En la manera y disposición en que haces todas las cosas. Cuántas veces se hace una obra santa o caritativa con un espíritu impío, carente de caridad y de mal humor. Para el hacedor, tal obra es infructuosa.

Estas palabras faltan en la ACDFG y en varias otras; tanto en el siríaco, como en el árabe de Erpen, en el etiópico, en el armenio, en la Vulgata y en la Itala, y en muchos de los padres. Griesbach los deja fuera del texto. Con toda probabilidad han sido añadidos por una mano posterior.

En la fe... εν πιστει. Esta palabra πιστις se toma probablemente aquí por fidelidad, sentido que tiene a menudo en el Nuevo Testamento. No puede significar doctrina, pues a eso se ha referido antes. Sé fiel a tu confianza, a tu rebaño, a tus domésticos, al público, a tu DIOS. La fidelidad consiste en guardar, conservar y entregar honestamente, cuando se requiera, todo lo que se ha confiado a nuestro cuidado; así como en mejorar todo lo que se ha entregado en fideicomiso para ese fin. No pierdas nada de lo que Dios te da, y mejora todo don que te otorga.

En la pureza... εν αγνεια. La castidad del cuerpo y de la mente; una dirección peculiarmente necesaria para un ministro joven, que tiene más tentaciones de romper sus reglas que quizás cualquier otra persona. "Converse con moderación con las mujeres, y especialmente con las jóvenes", fue el consejo de un ministro de Cristo muy santo y experimentado.

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