CAPÍTULO IV

Ezequiel describe a Jerusalén y la sitia, como un tipo

del modo en que el ejército caldeo rodearía la ciudad, 1-3.

El profeta ordenó permanecer acostado sobre su lado 

izquierdo trescientos noventa días, y sobre su lado derecho 

cuarenta días, con el significado, 4-8.

La escasa y grosera provisión que se le permitió al profeta 

durante su asedio simbólico, consistente principalmente 

en las peores de grano, y además mal preparada, pues sólo 

tenía estiércol de vaca como de la escasez de provisiones, 

de combustible y de todo lo necesario para la

vida, que los Judios deberian experimentar durante

el sitio de Jerusalén. 9-17.

 

NOTAS SOBRE EL CAP. IV

Versículo Ezequiel 4:1 . Toma una teja. Una teja, como las que usamos para cubrir las casas, no nos dará más que una noción muy inadecuada de las que se usaban antiguamente; y también parece muy insuficiente para las figuras que el profeta tenía orden de verter sobre ella. No hay duda de que se refiere a un ladrillo; sin embargo, incluso las dimensiones más grandes aquí, en cuanto al grosor, no nos ayudarán a superar la dificultad, a menos que recurramos a los antiguos, que han hablado de las dimensiones de los ladrillos comúnmente utilizados en la construcción. Paladio, De Re Rustica, lib. vi. c. 12, es muy particular a este respecto:-Sint vero lateres longitudine pedum duorum, latitudine unius, altitudine quatuor unciarum. "Que los ladrillos sean de dos pies de largo, uno de ancho y cuatro de grueso". Edit. Gesner, vol. iii. p. 144. En una superficie como ésta, todo el asedio podría ser fácilmente representado. Tengo ante mí algunos ladrillos-batea traídos de las ruinas de la antigua Babilonia, hechos de arcilla y paja amasadas y cocidas al sol; uno de ellos tiene más de cuatro pulgadas de grosor y en una de sus caras está profundamente impreso con caracteres; otros son más pequeños, están bien hechos y en una de sus caras están finamente impresos con caracteres persepolitanos. Se trata de ladrillos para trabajos interiores u ornamentales, a los que probablemente alude el profeta.

Pero aquí podría referirse a la arcilla templada con la que se fabricaban los ladrillos; de esta sustancia podría extender una cantidad suficiente para recibir todas sus figuras. Las figuras eran,

1. Jerusalén.

2. Un fuerte.

3. Un monte.

4. El campamento del enemigo.

5. Arietes, y máquinas semejantes, alrededor.

6. Una muralla alrededor de la ciudad, entre ella y el ejército sitiador.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad