Verso Hebreos 4:8 Porque si Jesús les hubiera dado descanso... Es verdaderamente sorprendente que nuestros traductores hayan traducido el Ιησους del texto como Jesús, y no como Josué, al que se refiere más claramente. Deben haber sabido que el יהושע Yehoshua del hebreo, que escribimos Josué, se traduce en todas partes como ιησους, Jesús, por la Septuaginta; y es su lectura la que sigue el apóstol. Es cierto que la Septuaginta generalmente escribe Ιησους Ναυη, o Υἱος Ναυη, Jesús Nave, o Jesús, hijo de Nave, pues es así como traducen יהושע בן נון Yehoshua ben Nun, Josué el hijo de Nun; y esto es suficiente para distinguirlo de Jesús, hijo de David. Pero como Josué, el capitán general de Israel, es lo que se pretende, la palabra debería haberse escrito Josué, y no Jesús. Un MS, simplemente para evitar la aplicación errónea del nombre, tiene Ιησους ὁ του Ναυη, Jesús el hijo de Nave. Theodoret lo tiene en su comentario, y una versión siríaca lo tiene en el texto. Es Josué en el Testamento de Coverdale, 1535; en el de Tindal, 1548; en el editado por Edmund Becke, 1549; en el de Richard Cardmarden, Rouen, 1565; varios traductores modernos, Wesley, Macknight, Wakefield, c., leen Josué, como hace el nuestro en el margen. Qué lástima que no estuviera en el texto, ya que todas las Biblias pequeñas no tienen lecturas marginales, y muchas personas sencillas están desconcertadas con la expresión.

El apóstol muestra que, aunque Josué introdujo a los hijos de Israel en la tierra prometida, éste no podía ser el descanso previsto, porque mucho después de este tiempo el Espíritu Santo, por medio de David, habla de este descanso,

 

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