Verso 40. A esto accedieron... Es decir, no matar a los apóstoles, ni intentar encarcelarlos más; pero su malevolencia no podía ser satisfecha tan fácilmente; y por lo tanto los golpearon-probablemente les dieron treinta y nueve azotes a cada uno; y, habiéndoles ordenado que no hablaran en el nombre de Jesús, los dejaron ir. Tenían miedo de Jesús, no de los apóstoles. Vieron claramente que, si se predicaba la doctrina de Cristo, ésta debía prevalecer; y, si prevalecía, ellos debían quedar en la nada. Fue un sabio dicho de los obispos papistas en el tiempo de la reina María: si no acabamos con la imprenta, ella nos acabará a nosotros: Se esforzaron por acabar con la imprenta, pero no pudieron; y, bajo Dios, la imprenta, al exponer la maldad de su doctrina y sus prácticas, y especialmente al multiplicar las copias del Nuevo Testamento, acabó con ellos de manera muy eficaz. .

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