Verso Hechos 9:8. Cuando se le abrieron los ojos, no vio a nadie... En lugar de ουδενα, ningún hombre, el Códice Alejandrino, el Sirio, la Vulgata y algunos otros, tienen ουδεν nada. No sólo no vio a ningún hombre, sino que no vio nada, estando completamente ciego; y por eso fue llevado de la mano a Damasco, μη βλεπων, estando sin vista.

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