Versículo Isaías 6:13 . Un décimo. Este pasaje, aunque algo oscuro, y explicado de diversas maneras por varios intérpretes, creo que ha quedado tan claro por el cumplimiento de la profecía, que queda poco lugar para dudar de su sentido. Cuando Nabucodonosor hubo llevado en cautiverio a la mayor y mejor parte del pueblo, aún quedaba una décima parte en la tierra, la clase más pobre quedó para ser viñadores y labradores, bajo Guedalías, 2 Reyes 25:12 ; 2 Reyes 25:22 , y los judíos dispersos se juntaron y volvieron a él, Jeremias 40:12; sin embargo, incluso estos, que huyeron a Egipto después de la muerte de Gedalías, en contra de la advertencia de Dios dada por el profeta Jeremías, perecieron miserablemente allí. 

 Una vez más, en la posterior y más notable realización de la profecía en la destrucción de Jerusalén, y la disolución de la mancomunidad por los romanos, cuando los judíos, después de la pérdida de más de un millón de hombres, se habían incrementado a partir del escaso residuo que quedaba de ellos, y se habían vuelto muy numerosos de nuevo en su país; Adriano, provocado por su comportamiento rebelde, mató a más de medio millón más de ellos, y una segunda vez casi extirpó la nación. Sin embargo, después de estas destrucciones señaladas y casi universales de esa nación, y después de tantos otros exterminios repetidos y masacres de ellos en diferentes tiempos y en varias ocasiones desde entonces, todavía vemos, con asombro, que la cepa todavía permanece, de la cual Dios, de acuerdo con su promesa dada con frecuencia por sus profetas, hará que su pueblo brote de nuevo, y florezca. - L.

Una décima parte, עשיריה asiriyah. El significado, dice Kimchi, de esta palabra es que todavía habrá en la tierra diez reyes desde el momento en que se declare esta profecía. Los nombres de los diez reyes son Jotam, Acaz, Ezequías, Manasés, Amón, Josías, Joacaz, Joaquín, Joaquín y Sedequías; entonces habrá una consunción general, el pueblo será llevado al cautiverio y Jerusalén será destruida.

Para בם bam, en ellos, más de setenta MSS, once de Kennicott, y treinta y cuatro de De Rossi, leen בה bah, en él; y así la Septuaginta

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