Pero aún habrá una décima parte, y volverá y será comido, literalmente, "Y si todavía hay una décima parte, volverá a ser objeto de devoración"; como un árbol de teil, un terebinto y como un roble, cuya sustancia está en ellos, quedando un simple tocón, cuando arrojan sus hojas, cuando son talados, así la semilla sagrada será su sustancia, el tocón o madre.

Así, la obstinación sobre Israel continuaría hasta que la última ira viniera sobre Israel, lo que resultaría en su destrucción. Y, sin embargo, después de que el tronco fuera cortado, el tocón que quedaba produciría nuevos brotes, un pueblo consagrado a Dios. Como en Israel, en todas las naciones del mundo el Señor tiene Su santa simiente, gente que por Su gracia acepta el Evangelio y se salva.

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