Versículo 30. Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotro... Probablemente se refería a los griegos que habían sido llevados a él por Felipe y Andrés. Los judíos tuvieron frecuentes oportunidades de ver sus milagros, y de convencerse de que era el Mesías; pero estos griegos, que iban a ser una primicia de los gentiles, nunca tuvieron tal oportunidad. Por lo tanto, para confirmarlos en la fe, esta voz milagrosa parece haber venido del cielo.

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