Ἀπεκρίθη ὁ Ἰησοῦς. Jesús, al oír estas conjeturas, les explicó que no por Él sino por ellos se había pronunciado esta voz. Era de inmensa importancia que los discípulos, y el pueblo en general, comprendieran que la repentina transición del trono ofrecida por la aclamación triunfal del día anterior a la cruz, no fue una derrota sino un cumplimiento del propósito divino. La voz los preparó contra el juicio venidero.

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Antiguo Testamento