Verso Juan 19:8. Tenía más miedo... Mientras Jesús fue acusado sólo como perturbador de la paz de la nación, acusación que Pilato sabía que era falsa, sabía que podía liberarlo, porque el juicio en ese caso le correspondía a él mismo; pero cuando los judíos presentaron una acusación de la naturaleza más capital, de sus propias leyes, entonces vio que tenía todo que temer, si no entregaba a Jesús a su voluntad. El Sanedrín no debía ofenderse, el pueblo no debía irritarse: de los primeros podría enviarse una queja contra él al César; los segundos podrían rebelarse, o proceder a algunos actos de violencia, cuyo fin no podía preverse. Pilato era ciertamente digno de compasión: veía lo que era correcto, y deseaba hacerlo; pero no tenía suficiente firmeza de ánimo. No atendió a esa importante máxima, Fiat justitia: ruat caelum. Que se haga justicia, aunque los cielos se disuelvan. Tenía que gobernar a un pueblo vil, y no era fácil mantenerlo tranquilo. Algunos suponen que el temor de Pilato surgió al oír que Jesús había dicho que era el Hijo de Dios; porque Pilato, que era politeísta, creía que era posible que la descendencia de los dioses visitara a los mortales; y temía condenar a Jesús, por miedo a ofender a alguna de las deidades supremas. Tal vez la pregunta del versículo siguiente se refiera a esto.

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