Versículo 36.Pero tengo mayor testimonio... Por muy decisivo que sea el juicio de un hombre como Juan, que era la lámpara de Israel, un milagro de la gracia, lleno del espíritu de Elías, y más que cualquier profeta, porque señaló, no al Mesías que iba a venir, sino al Mesías que ya había venido: sin embargo, no estoy obligado a depender sólo de su testimonio, pues tengo uno mayor, el de aquel a quien reconocéis como vuestro Dios. ¿Y cómo pruebo que este Dios da testimonio de mí? Por mis obras: estos milagros, que atestiguan mi misión, y prueban por sí mismos que nada menos que un poder ilimitado y un amor sin límites podrían producirlos. Por mi sola palabra, he sanado perfecta e instantáneamente a un hombre que estuvo enfermo treinta y ocho años. Vosotros veis el milagro: el hombre está ante vosotros sano y salvo. ¿Por qué entonces no creéis en mi misión, para que abracéis mi doctrina y os salvéis?

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad