Verso 44. Excepto si el Padre - lo atrae... Pero, ¿cómo es atraído el hombre? San Agustín responde a partir del poeta: Trahit sua quemque voluptas; el hombre es atraído por aquello en lo que se deleita. Muéstrale hierba verde a una oveja, y será atraído por ella; muéstrale nueces a un niño, y será atraído por ellas. Corren hacia donde corre la persona que muestra estas cosas: corren tras él, pero no están obligados a seguirlo; corren, por el deseo que sienten de conseguir las cosas que les deleitan. Así Dios atrae al hombre: le muestra sus necesidades, le muestra el Salvador que le ha proporcionado: el hombre se siente un pecador perdido; y, por el deseo que encuentra de escapar del infierno, y llegar al cielo, viene a Cristo, para ser justificado por su sangre. A menos que Dios atraiga de esta manera, ningún hombre vendrá jamás a Cristo; porque ninguno podría, sin esta atracción, sentir jamás la necesidad de un Salvador. Ver August. Tract. 26, en Joan. y Calmet.

Aquí debe entenderse atraer, o seducir, no arrastrar. "Aquel", dicen los rabinos, "que desea adherirse al santo y bendito Dios, Dios se aferra a él y no lo desecha". Sinops. Sohar. p. 87. Los mejores escritores griegos emplean el verbo en el mismo sentido de seducir, incitar, c.

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