(15) Pero la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que os ha sido anunciada por el evangelio.

(15) Una vez más, para que nadie busque esa fuerza espiritual y esa virtud en imaginaciones fingidas, el apóstol nos llama de nuevo a la palabra de Dios: enseñándonos además, que no hay otra palabra del Señor para ser buscada que esta que es predicado, en el que debemos confiar solos.

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