Y oí una voz del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren (b) en el Señor. Sí, dice el Espíritu, para que descansen de sus trabajos; y sus (c) obras los siguen.

(b) Es decir, para el Señor.

(c) Por obras se entiende la recompensa que sigue a las buenas obras.

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