(10) Esposas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.

(10) Pasa de los preceptos que conciernen a toda la vida civil del hombre, a los preceptos que pertenecen a la familia de cada hombre, y exige de las esposas la sujeción al Señor.

(n) Porque esas esposas hacen mal, que no ponen a Dios en Cristo delante de ellas en su amor; pero esta filosofía no lo sabe.

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