(2) Porque sabéis esto, que ningún fornicario, ni inmundo, ni avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.

(2) Debido a que estos pecados son tales que la mayor parte de los hombres no los consideran pecados, él despierta a los piadosos para que tengan tanto más cuidado de guardarse de estos pecados como de las plagas más dañinas.

(b) Un esclavo de la idolatría, porque el codicioso piensa que su vida consiste en sus bienes.

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