(4) Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no solo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, obrad vuestra propia salvación con temor y temblor.

(4) Conclusión: debemos avanzar hacia la salvación con humildad y sumisión por el camino de nuestra vocación.

(m) Se dice que pone fin a su salvación quien corre en la carrera de la justicia.

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