Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no sólo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, obrad vuestra propia salvación con temor y temblor.

Ver. 12. Trabaja en tu salvación ] κατεργαζεσθε. La razón por la que los hombres todavía tiemblan, y todavía están preocupados por esta duda y ese miedo, es que, debido a que su salvación no se ha realizado, algo queda sin hacer y su conciencia se lo dice.

Con miedo y temblor ] Opuesto a la seguridad carnal. Aquellos espíritus audaces y audaces que se atreven a vivir en cualquier mal, para no mirarlos a la cara, y no tener un corazón temeroso del menor mal, no aspiran a la inmortalidad.

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