(4) Aún no habéis resistido hasta la sangre, luchando contra el pecado.

(4) Él toma un argumento de la ganancia que nos llega por los castigos de Dios, a menos que estemos en falta. Primero que nada porque el pecado, o esa rebelde maldad de nuestra carne, es por este medio domesticado.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad