(5) Porque Pablo había decidido navegar por Éfeso, porque no quería pasar el tiempo en Asia; porque se apresuraba, si le era posible, a estar en Jerusalén el día de Pentecostés.

(5) Pablo, un seguidor ferviente y diligente de Cristo, apresurándose a sus ataduras sin cesar ni detenerse en su carrera, en primer lugar, por así decirlo, hace su testamento, en el que da cuenta de su vida anterior, defiende la doctrina que enseñó, y exhorta a los pastores de la iglesia a perseverar y seguir adelante con continuidad en su oficio.

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