(2) Y viéndolo Pedro, respondió al pueblo: Varones Israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto? ¿O por qué nos miran con tanta seriedad, como si por nuestro propio poder o santidad hubiéramos hecho que este hombre caminara?

(2) Los milagros están designados para convencer a los incrédulos, y por lo tanto abusan perversamente de los milagros quienes, asombrados, ya sea por los milagros mismos o por los instrumentos y medios que Dios agrada usar, aprovechan la ocasión para establecer la idolatría y la superstición por medio de lo que Dios ha provisto para el conocimiento de su verdadero culto, es decir, el cristianismo.

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