(4) De ahora en adelante no os llamaré siervos; porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos; porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.

(4) La doctrina del evangelio, tal como es pronunciada por la propia boca de Cristo, es una declaración más perfecta y absoluta del consejo de Dios, que pertenece a nuestra salvación y está encomendada a los apóstoles.

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