(5) Y uno de la compañía le dijo: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia.

(5) Por tres razones, Cristo no sería un juez para dividir una herencia. Primero, porque no apoyaría ni mantendría la opinión carnal que los judíos tenían del Mesías; segundo, porque quería distinguir el gobierno civil del eclesiástico; tercero, para enseñarnos a tener cuidado de aquellos que abusan de la demostración del evangelio, y también el nombre de los ministros, para su propio bienestar privado.

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