Y si ofrecéis a los ciegos en sacrificio, ¿no es (h) malo? y si ofrecéis cojos y enfermos, ¿no es malo? ofrécelo ahora a tu gobernador; ¿Se agradará de ti o aceptará tu persona? dice el SEÑOR de los ejércitos.

(h) No lo culpas: y con esto condena a los que creen que es suficiente servir a Dios en parte como él ha mandado, y en parte según la fantasía del hombre, y así no llegan a la pureza de la religión, que él requiere. Y por tanto, en reproche les muestra que un hombre mortal no se contentaría con ser servido de esa manera.

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