Pero cuando os lleven y os entreguen, (b) no os preocupéis de antemano por lo que habéis de hablar, ni (c) premeditareis; antes bien, todo lo que os será dado en aquella hora, hablad: porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.

(b) No se nos prohíbe pensar de antemano, pero estamos dispuestos a tener cuidado de ese cuidado pensativo con el que los hombres se desaniman, que procede de la desconfianza y la falta de confianza y la esperanza segura de la ayuda de Dios. Ver Mateo 6:27

(c) Por cualquier tipo de historia inventada y astuta para contar.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad