No os preocupéis por lo que diréis. No os preocupéis de antemano por lo que diréis en vuestra defensa, para vindicaros a vosotros mismos y a vuestra religión de las acusaciones injustas y las calumnias de vuestros enemigos. Pero todo lo que les sea dado y fuertemente sugerido a sus mentes; en esa hora, que habléis audaz y resueltamente; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu SantoQuién seguramente te dirigirá, e incluso te dictará lo que dirás en esos momentos. Porque, como en realidad es mi causa en la que estáis comprometidos, por lo tanto, aunque sois hombres ignorantes e ignorantes, y por ello seáis aprensivos, seréis confundidos en presencia de personas que son, en rango y educación, tan superiores a vosotros. ; pero confíen en ello, les daré tal sabiduría y elocuencia, que sus perseguidores se asombrarán incluso de la libertad y el decoro con que se expresarán, según las diversas ocasiones que se presenten. Ver notas sobre Mateo 10:19 ; Lucas 21:14 .

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