(6) Y de allí se levantó y fue a los límites de Tiro y Sidón, y entró en una casa, y nadie quería que lo supiera; pero no pudo esconderse.

(6) Lo que los soberbios rechazan cuando se les ofrece, lo mismo que consumen con voracidad los pecadores modestos y humildes.

(l) En las costas más remotas de Palestina, que estaban junto a Tiro y Sidón.

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