Y de allí se levantó y fue a los límites de Tiro y Sidón, y entró en una casa, y nadie quiso que lo supiera ; pero no pudo esconderse.

Ver. 24. Que nadie lo supiera, etc. ] Había, pues, dos voluntades en Cristo: la una quiso correctamente y la otra quitó justa y sabiamente.

Pero no se podía esconder ] Es un Dios que se esconde, Isaías 8:17 ; debemos sacarlo de su cuarto de retiro con nuestras fervientes oraciones.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad