¡Lector! no pase por alto la dulzura de este versículo. Como Daniel no viviría para ver el cumplimiento de estas cosas, fue suficiente para él ser el médium, el instrumento en la mano del Señor, para dar esta profecía a la Iglesia. Pero como las cosas aquí predichas se han cumplido, y se están cumpliendo todavía en la tierra, cuán misericordioso fue para nosotros, en la hora presente, que este Daniel tan amado fue designado para ministrar a nuestro consuelo. ¡Oh! Misericordioso Señor, ¡cuán claro es que has presidido tu Iglesia en todas las épocas!

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